La estrategia ganadora para mejorar mi relación con los demás se fundamenta en los valores humanos más elevados y honestos a nivel de consciencia y energía.
Mi primera recomendación cuando entres en conflicto con alguien (sea quien sea) es la siguiente: Interioriza y asimila que una vez iniciada la discusión, si pretendes que alguien actúe o sea como a ti te gustaría, estarás nuevamente pensando sola y exclusivamente en tu ego y en tus preferencias y gustos personales, y no en la forma adecuada de solucionar realmente el conflicto.
Mejorar mi relación con los demás utilizando técnicas que funcionan.
Manifestar nuestras preferencias personales justo en medio del conflicto no aporta nada para su mejora. Pero en cambio argumentar de forma honesta, y en ese preciso instante en el que se produce el problema, cómo nos sentimos a nivel emocional, o más bien, cómo nos hace sentir el propio conflicto en sí, acabará siendo útil y constructivo para que se produzca un nuevo e improvisado entendimiento gracias a la empatía humana que en mayor o menor medida todos portamos en nuestro interior. Lo que se traducirá irremediablemente en la mejora del «combate». Hablo de abrirnos con honestidad al sentimiento sincero que estamos experimentando en ese mismo momento en el que está ocurriendo un mal entendido o un choque interpersonal.
Comunicar o expresar lo que estamos sintiendo en cada instante de vida, y hacerlo desde el espacio más íntegro y sincero que conozcamos, creará un lugar idóneo para el entendimiento entre semejantes. Cuando pienso en mejorar mi relación con las personas que se cruzan en mi vida, considero que la técnica de la comunicación de sentimientos entre iguales no puede llevar consigo ningún tipo de intención o interés personal añadido más que el de querer expresar de forma transparente y auténtica justo lo que estamos sintiendo en nuestro interior (da igual que sea rabia, ira, envidia, celos o tristeza). Y que no se utilice para tratar de manipular de ninguna manera a la otra persona. Ni mucho menos para convencerla, persuadirla o conseguir que haga o diga algo de nuestro agrado o interés. Esta técnica sirve más bien para mostrar únicamente nuestros sentimientos de forma objetiva, justa e imparcial al conflicto en sí.
Ahora se que para conseguir mejorar mi relación con los demás de manera constructiva y gratificante, debo hacerlo desde la misma perspectiva que lo hace la propia consciencia universal con respecto a todo lo que existe en ella.
Si miramos a cualquier persona y lo hacemos con una mirada ajena a nosotros mismos, es decir, como si esa persona no formara parte de nosotros, estaremos observándola desde la falsa perspectiva del ego y del personaje ficticio que nos hemos creado de nosotros mismos para representar nuestra vida e interactuar en ella en busca de nuestro interés personal y nada más. Ese gesto egoísta nos conducirá siempre a la decepción y el desencuentro. Cuando observamos a alguien desde ese mismo lugar, es imposible mantener una visión completa y auténtica de la realidad tal y como funciona el universo.
Desde una visión distorsionada, sesgada y separatista de las cosas siempre veremos a las personas ajenas a nosotros y no en unidad, que es como en realidad todos nos encontramos coexistiendo en el espacio infinito. Si al mirar a alguien a los ojos no te ves reflejada/o en él o en ella, es importante que sepas que lo estarás observando desde la perspectiva “ego” y no desde la auténtica esencia espiritual que en realidad eres. (SER CONSCIENTE DE ESO YA ES UN GRANDÍSIMO PASO HACIA UNA CONSCIENCIA SUPERIOR). Al observarla desde desde el ego siempre te sentirás escaso de algo. Bien sea amor, cariño, seguridad, felicidad, comprensión, etc… Y ante esa escasez ¿Tu ego a quién recurrirá para solicitar eso que crees que le falta? ¡Aciertas! A la persona que tengas frente a ti, produciéndose de manera automática una especie de negociación no reconocida por ninguna de las partes, pero evidente y dolorosa para ambas ( yo te doy si tú me das, te quiero si me quieres o te ayudo si tu lo haces conmigo). Será entonces cuando ocurra la consecuente frustración personal debido a que nadie nunca te ofrecerá todo lo que necesitas. Ten en cuenta que eso es algo imposible de que suceda, porque precisamente, todo lo que necesitas ya lo eres tú mismo/a en cada momento.
La insatisfacción personal en los seres humanos nace de tener la sensación de sentirnos incompletos. Pero ¡alégrate! porque esa temida sensación es falsa.
Todos somos SERES COMPLETOS en armonía con todo el universo. (Aunque aún no lo veamos)
Cuando perdemos la perspectiva universal de las cosas y brota la insatisfacción personal (el ego) aparece la frustración con respecto a todo lo externo a nosotros, incluidos nuestros seres cercanos (pareja, amigos, familia, compañeros de trabajo, etc…).
Las personas tratamos siempre de eliminar nuestra frustración exigiendo al otro que nos haga feliz y que nos de todo lo que pensamos que carecemos.
Si equivocadamente pensamos que la fuente de nuestra felicidad, serenidad, alegría, amor, etc…es otra persona ajena a nosotros, en realidad lo que estamos haciendo es otorgar la responsabilidad de nuestra felicidad y bienestar a esa persona y quitárnosla a nosotros mismos.
Para mejorar mi relación con los demás debo alimentar mi propia autonomía e independencia. Si otorgo la responsabilidad de mi bienestar y felicidad a otros, estaré condenando a ese ser en particular a que me siga haciendo feliz o lo más probable es que la haga sufrir si no lo hace en un futuro. NO PUEDE HABER NADA MÁS INJUSTO PARA ALGUIEN QUE UN GESTO TAN EGOÍSTA COMO EL QUE TE ACABO DE DESCRIBIR EN LA AFIRMACIÓN ANTERIOR. Y así es como nos relacionamos entre nosotros de manera inconsciente en la sociedad de hoy en día. Pero como tú ya sabes, nadie nunca nos podrá dar la felicidad ni la paz interior que deseamos experimentar. Por lo que la única posibilidad de encontrarnos en paz con nosotros mismos y con el resto de personas será cambiando nuestra falsa y dolorosa perspectiva egocéntrica por la visión universal que vive en unión permanente con todo lo que existe y gira en torno a ella.
¿Cómo he aprendido a mejorar mi relación con las personas?
Respuesta: Cambiando mi visión personal por la universal. Hazlo tú ahora y verás que sucede.
Haz el siguiente ejercicio para hoy. Comienza desde ahora mismo a ver todo y a todos interconectados contigo mismo. Cuando mires a alguien (sea quien sea y sea como sea) se consciente de que siempre será el reflejo de ti mismo/a. Porque todos somos la misma consciencia que existe en el universo. La acción más complicada para los seres humanos que nos deparan las leyes universales es el reto de llegar a amar a todas las personas igual que a nosotros mismos, sean quienes sean y sean como sean. Ese es el auténtico objetivo inmediato si pretendemos comenzar a sanar nuestras relaciones. No se trata de un ejercicio de conformismo o pasividad personal, sino de aceptación, perdón, gratitud y amor incondicional hacia uno mismo, al igual que hacia el resto de personas del planeta. Desde ese espacio es desde donde debemos relacionarnos para conseguir cambiar y mejorar todas nuestras relaciones personales.
Asumiendo la responsabilidad de nuestra vida y dejando de hacer responsables a los demás, nuestras relaciones comenzarán a volverse honestas por fin. La decisión de existir y sentir sin hacer responsables a nadie de nuestros sentimientos es la clave para relacionarnos bien con todos los seres humanos. Llevamos toda la vida sin hacerlo. Por eso seguimos sufriendo nuestras relaciones y no las disfrutamos. Porque nos estamos relacionando continuamente desde el miedo y el dolor. Mi propuesta aquí es hacerlo desde el amor.
AFORTUNADAMENTE todo está aún por descubrir en el misterio de las relaciones personales y la conducta humana.
Estoy completamente seguro de que algún día llegará el momento en que miremos a quién miremos, sentiremos amor por esa persona (sea quien sea y sea como sea). En realidad no necesitamos nada de nadie. Para amar desde la perspectiva universal antes tenemos que liberarnos de la perspectiva humana, aunque sigamos siendo humanos. Sé que suena contradictorio pero no es más que un acto simple que consiste en darnos cuenta de que no somos solo nuestra perspectiva humana, sino que por encima de ella existe algo mucho más grande que se mantiene conectado a todo. Os hablo de mirarnos a través de nuestro ser interior mientras silenciamos nuestra visión humana del ego.
El silencio es amor. Es paz.
El universo nos piensa y nos siente en silencio.
Detrás de cada persona hay un ser esencial que está buscando sola y exclusivamente paz, igual que tú y que yo.
Los seres humanos nos encontramos totalmente dormidos y embaucados en las formas de la materia y no vemos la esencia real que todos somos. Continuamente valoramos a las personas según nuestra forma personal y condicionada de verlas, sin pararnos a mirar su verdadera luz espiritual. Los pensamientos, juicios y perspectivas personales solo son opiniones subjetivas, manipuladas y tergiversadas por nosotros mismos debido a nuestra propia experiencia de vida. Por lo tanto no son verdad. Carecen de la verdad universal absoluta.
La consciencia humana que permanece basada en la perspectiva del ego nos ha mantenido viviendo de forma equivocada toda nuestra vida. Y de ahí proceden todas y cada una de las relaciones tóxicas que seguimos manteniendo con las personas de nuestro alrededor.
El ego nos enseña constantemente que vivir es igual a poseer, escalar, dominar, triunfar, hacer méritos, resignarse, padecer, conformarse, aceptar sin comprender, etc… pero todo eso no es verdad, se debe sólo a la visión distorsionada de nuestra actual perspectiva humana. ES FALSO.
Vivir de la forma que nos propone la perspectiva humana es igual a pasar a ciegas por la vida.
¡El verdadero propósito de la vida es VIVIR!
La llave de cualquier relación es el AMOR ¿Has conocido alguna vez un AMOR que precise del poder o del reconocimiento de otros para imponerse ante algo o alguien? ¿Sabes de algún amor que necesite acaparar riquezas, prestigio o privilegios para subsistir? ¿Qué AMOR se sostiene con los apegos materiales?
NINGUNO.
Si te ha gustado lo que acabas de leer y te apetece ampliar este mensaje hasta hacerlo entrar en tu vida para siempre, te invito a que leas mi obra «RELACIONES DESEQUILIBRADAS EN UN UNIVERSO PERFECTO»
¡Feliz Vida lector!